viernes, 30 de agosto de 2013

ELECTROMIOGRAFÍA EN PACIENTE CON SOSPECHA DE RADICULOPATÍA

RADICULOPATÍAS:

    Las radiculopatías constituyen una de las causas más frecuentes de remisión para estudios electrodiagnósticos Se  dividen en lumbosacras, cervicales y torácicas. La exploración clínica constituye la primera y más importante herramienta diagnóstica del neurofisiólogo.   
       En el cuadro clínico de predominio sensitivo y evidencia de áreas de hipoestesia en los dermatomos afectados, el estudio electrodiagnóstico con velocidades de conducción y exploración de aguja pueden ser esencialmente normales.  Lo anterior independiente de la evolución del cuadro. 
    Por el contrario, en pacientes con déficit motor y asimetría en los reflejos tendinomusculares, encontraremos no sólo más riqueza en los hallazgos electrofisiológicos, sino mayor precisión y utilidad en el diagnóstico al poder barajar una serie de diagnósticos diferenciales que simulan radiculopatías. De igual manera nos brindarán información sobre la severidad y cronicidad del evento. Asimismo, cuando un cuadro clínico altamente sospechoso de radiculopatía tiene un examen neurológico normal, el estudio electrodiagnóstico puede aclarar su causa, gravedad y tipo de lesión.

       La era de las nuevas formas de imágenes diagnósticas y en particulares de la resonancia magnética, haría pensar que el estudio electrodiagnóstico en el paciente con radiculopatia es obsoleto en las circunstancias actuales.

       Adicionalmente la electromiografía (EMG) es un procedimiento doloroso y de valor relativo en pacientes con radiculopatía, contrasta con la altísima definición y sensibilidad que ha alcanzado la resonancia magnética.

Hay que considerar que la RM es un examen de tipo estructural mientras que la EMG es funcional.   De igual manera la sensibilidad de la RM identifica anormalidades importantes en un 33-52% de individuos asintomáticos de los cuales son llevados a cirugías innecesarias. Etiologías como la radiculopatia diabética, inflamatoria o paraneoplásica escapan al gran escudriño de las imágenes. Por lo tanto, la EMG es definitiva, y complementaria en el manejo integral de estos pacientes.

A la luz de la tecnología actual las indicaciones del estudio electrodiagnóstico en pacientes con sospecha de radiculopatia son:

1. Radiculopatía clínicamente evidente pero con RM irrelevante. Son los casos de radiculopatía diabética o inflamatoria como el herpes zoster. En estos casos la EMG de aguja es el único método para confirmar el diagnóstico.

2. Discrepancia entre los hallazgos clínicos y la RM, casos en los que el hallazgo de las imágenes no explica los síntomas del paciente la EMG puede no sólo aclarar el cuadro sino evitar una cirugía innecesaria.

3. Imposibilidad de diferenciar clínicamente la radiculopatía de otros compromisos regionales como la plexopatía o mononeuropatía.

4.  Cuando el recurso de imágenes diagnósticas (RM o TAC) no es asequible.

En definitiva el estudio electrodiagnóstico es una pieza más del engranaje en la evaluación integral del paciente que se inicia con la clínica y se complementa con estudios funcionales y estructurales.

VELOCIDADES DE CONDUCCION NERVIOSA

     El valor de las velocidades de conducción en el diagnóstico de radiculopatía es reducido.  La compresión sobre la raíz proximal al GRD no afecta la amplitud de los potenciales sensitivos. La radiculopatía sensitiva con componente doloroso afectan las fibras C y la mayoría de estudios convencionales exploran fibras de mayor calibre. De igual manera, la compresión por un disco o proceso de estenosis genera sólo daño de algunas fibras y deja indemne otras fibras de la raíz que para un segmento de dermatoma o miotoma puede formarse por varios niveles radiculares y resta sensibilidad a las pruebas de conducción nerviosa.
   Si bien los hallazgos obtenidos en estas pruebas no son de valor diagnóstico para la radiculopatía, son importantes en el protocolo de estudio pues permite diagnosticar plexopatía, polineuropatía o mononeuropatía que simulan un cuadro de radiculopatía o que coexisten con ella, como es el caso de la doble compresión (double crush syndrome).

EMG DE AGUJA

     El estudio de EMG con electrodo de aguja es el elemento más importante en el diagnóstico de radiculopatía, pues representa la prueba electrodiagnóstico más específica y sensible. Suministra información sobre el nivel de afectación radicular, el daño axonal existente, su gravedad y la evolución del proceso.
     La EMG se practica tanto en musculatura paravertebral como en extremidades. Las alteraciones en la EMG deben encontrarse en por lo menos dos músculos de la misma raíz e inervados por nervios periféricos diferentes.    La anormalidad de mayor significado diagnóstico es la presencia de fibrilaciones y las ondas positivas. Las fasciculaciones y los potenciales de unidad motora (PUM) polifásicos, de amplitud y duración aumentada no se toman por sí sólos como evidencia de radiculopatía. Las ondas positivas y los potenciales de fibrilación usualmente no se registran en las dos primeras semanas, comienzan a aparecer primero las ondas positivas y luego los potenciales de fibrilación. Los músculos proximales ofrecen alteraciones eléctricas más tempranas que los distales. Por lo tanto, el momento óptimo para la toma de EMG es pasada la tercera o cuarta semana después del comienzo de la compresión radicular.  Para algunos, esto podría constituirse en una limitación del estudio electrofisiológico para efectuar oportunamente el diagnóstico.

EMG DE LA MUSCULATURA PARAVERTEBRAL
     
     Es una prueba obligada en el estudio de radiculopatía. Estos músculos son inervados por los ramos primarios posteriores a diferencia de los anteriores que inervan las extremidades.  Su alteración indica compromiso de las astas anteriores de la médula espinal o lesión proximal en la raíz. Además, las ondas positivas debutan después de la primera semana en estos músculos seguidas por los potenciales de fibrilación. Se encuentran anormalidades en 82% de los casos de radiculopatía y en 20% de los casos las alteraciones se registran sólo en los músculos paravertebrales. En el estudio de la muscultura paravertebral, es de máximo interés diagnóstico la actividad durante el reposo y no son tan importantes otros hallazgos como la morfología, la amplitud de los PUM y el patrón de reclutamiento.

   La relajación de los músculos paravertebrales lumbares se obteniene con el paciente en decúbito prono, colocando una almohada debajo del abdomen o en posición de decúbito lateral dejando el lado a examinar hacia arriba con la pierna inferior extendida y la superior flejada. La relajación de los músculos torácicos paravertebral se obtiene en posición de decúbito lateral con el lado a examinar hacia abajo y con ambos miembros inferiores flejados. El examen de los músculos cervicales se recomienda también el decúbito lateral dejando el lado a examinar hacia arriba.   

    Siempre hay que indagar por posibles medicaciones anticoagulantes, o estados de trombocitopenia antes de colocar la aguja en cualquier músculo pero en especial, en la región paravertebral. El electrodo debe colocarse a 3 cm. de la línea media, contiguo a la apófisis espinosa y con una profundidad de 2,5 cm. para encontrar el músculos multifidios espinal. 

EN BUSCA DE LA RAIZ AFECTAD
    Una aproximación clínica es fundamental para escoger qué grupo muscular explorar.  La EMG es un procedimiento doloroso e incomodo para el paciente, y es crucial obtener la mayor y mejor información con la menor molestia posible. Dado que el compromiso radicular casi siempre es parcial, es de esperarse que no todos los músculos del miotoma ofrezcan las mismas alteraciones.
     Entre mayor sea el número de músculos afectados de un Miotoma mayor será nuestra  seguridad diagnóstica. Idealmente debemos explorar la representación miotómica tanto proximal como distal. Para incrementar la seguridad diagnóstica de la localización de la raíz, los miotomas adyacentes deben tener una EMG normal. El nivel radicular puede obtenerse de las gráficas anatómicas, de los estudios clínicos y de la EMG.

DIAGNÓSTICO DE LA EVOLUCIÓN
     Se anotó previamente que el estudio de EMG es normal en las primeras dos o tres semanas. El hallazgo de actividad de inserción o espontánea en la forma de ondas positivas o potenciales de fibrilación, con PUM normales indicarían un proceso de degeneración axonal reciente. Por el contrario el silencio eléctrico con PUM normales y un patrón de reclutamiento disminuido en músculos adscritos a un mismo Miotoma pueden sugerir una radiculopatía por bloqueo de conducción, aunque no siempre es fiable este diagnóstico. Entre las 6-26 semanas acontecen los procesos de reinervación expresados eléctricamente con la aparición de PUM polifásicos y amplitud aumentada. La presencia sólo de PUM polifásicos sin otros signos de denervación sugiere una evolución crónica remota o antigua.
     Si estos signos de denervación aparecen tanto en músculos proximales como distales, los PUM polifásicos indican un proceso crónico activo. Es importante recordar que algunos músculos distales afectados por lesión axonal, grave e inactiva, conservan los signos eléctricos por denervación por tiempo
indefinido.

GRAVEDAD DE LA RADICULOPATIA
     La evaluación de la gravedad de una radiculopatía por degeneración axonal se hace a través del grado de pérdida de unidades motoras en la distribución de la raíz. Se realiza mediante la evaluación del grado de reducción del reclutamiento en la activación de los PUM. La cuantificación de los potenciales de fibrilación en un músculo es muy subjetiva y no se relaciona bien con el grado de degeneración axonal.

ESTADO POST. LAMINECTOMIA

     Se mencionó anteriormente que la EMG de músculos paravertebrales de pacientes que han tenido cirugía de columna no es fiable. Sin embargo, en muchas ocasiones nos vemos obligados a practicarla. Estos pacientes se pueden dividir en dos grandes grupos: aquellos en quienes la cirugía ha sido fallida y el paciente persiste con el dolor, y aquellos en que los síntomas reaparecen después de un periodo de mejoría. En el primer caso, el médico necesita saber si la persistencia del dolor es por la misma discopatía o si nuevos procesos como la fibrosis empeoran el cuadro. En el segundo grupo, el médico necesita saber si es una recidiva o se ha comprometido un nuevo nivel radicular. Para resolver las preguntas anteriores es ideal contar con el EMG pre quirúrgico pero casi nunca es así. En el primer grupo por aspectos médico legales, la EMG debe practicarse en los primeros diez días después de la cirugía. La presencia de signos de denervación en este término sugiere que la lesión es pre quirúrgica. De todas maneras existen importantes limitaciones para la EMG en la valoración de pacientes post laminectomía y se recomienda el uso de imágenes por resonancia magnética.

Guía Neurológica
LEVIN KH. Aproximación electrodiagnóstico al paciente con sospecha de radiculopatía. Clínicas Neurológicas de Norteamérica 2002; 2: 395-420.